· El teletrabajo, la digitalitzación y las compras por internet han augmentado desde que se decretó el Estado de Alarma hace justo un año
La pandemia ha llevado, además de los terribles contagios, una ola de delitos tecnológicos asociados a la mayor conexión de los usuarios a internet a través de dispositivos fijos o móviles. La crisis del coronavirus no ha generado nuevos riesgos en el espacio virtual, pero sí ha supuesto un potenciador de tendencias ya existentes.
Un año después de que se decretara el Estado de Alarma en España, los ataques informáticos se han convertido en una amenaza creciente por el nuevo modelo de vida laboral y económica a consecuencia del coronavirus. De hecho, según un estudio de IDCResearch, el mercado de la ciberseguridad a nuestro país crecerá un 8,1% en 2021, hasta conseguir los 1.324 millones de euros. Es más, el mismo informe señala que cada día se producen en el mundo 350.000 ataques de malware.
La obligación de desarrollar de manera urgente mecanismos de teletrabajo o comercio electrónico, ha comportado a su vez nuevos escensaris de riesgo para las organizaciones. En este sentido es importante ser prevenido. Por este motivo la UEI os propone una serie de consejos por no sufrir estos intentos de fraude o robo:
Contraseñas seguras:
Aunque en muchas páginas ya es requisito, hay que procurar tener claves seguras a cualquier plataforma que utilizamos: claves que incluyan caracteres especiales, mayúsculas y minúsculas y números intercalados.
Proteger la red de posibles intrusos:
Los routers modernos tienen buenos niveles de seguridad, pero mucha gente olvida cambiar las contraseñas que vienen predeterminadas de fábrica.
Identificar las prácticas delictivas más comunes:
Una de las más conocidas es lo ‘phishing’, que consiste en la suplantación de organismos o empresas para solicitar datos personales, de gran valor en el mercado negro.
Los organismos oficiales no piden datos a los usuarios vía corréis electrónico:
Las entidades oficiales, bien sea bancarias o estatales, no tienen que pedir nunca los datos personales por medio de un mensaje electrónico, mucho menos con un cuestionario externo o con un sencillo “responder aquí”. El correo solo suele utilizarse para campañas de publicidad o para ofrecer información.
Cuestionar remitentes desconocidos:
En la hora de recibir correos, y especialmente si contienen mensajes alarmantes como “su cuenta será congelada”, conviene revisar con mucha atención la dirección de la cual proviene. Los más hábiles suelen imitar las originales con apenas sutiles cambios.
No confiar solo en los bloqueos de spam:
Expertos aseguran que los filtros de los navegadores que impiden la llegada de mensajes o de ventanas emergentes no deseadas suelen ser efectivas. Sin embargo, pueden fallar en caso de no estar debidamente actualizados.
Acudir en tiendas oficiales:
Realizar compras y pagos en la web suele ser muy sencillo, pero no hay que perder de vista ciertas curas. Hay que verificar que las aplicaciones o páginas sean seguras, la mayoría ofrece alguna garantía, y si no la tiene, hay que revisar la información que proporcione: donde tienen domicilio fiscal, qué datos recopilan de los usuarios y con qué fin, formas de pago y política de devolución.
Alerta con las fake news:
Muchos estafadores digitales se esconden después de noticias falsas o publicidades engañosas que difunden tanto en redes sociales como vía ‘e-mail’ para redirigirnos a una dirección maliciosa. Por eso, antes de compartir cualquier enlace o contenido hay que revisar que sus fuentes sean fiables.
Atención a la dirección web:
Hay que procurar navegar solo por sitios web que empiecen con HTTPS (no HTTP). Suelen ser más seguros y la información estará más protegida. Estos llevan un candado a la izquierda de la URL.
Descargar solo los archivos necesarios:
Los cibercriminals pueden esconderse en temas de interés o pretender ser comunicados oficiales porque descargamos archivos adjuntos. Por eso, antes de descargar cualquier archivo se tiene que evaluar su importancia y su procedencia.
Los intrusos en videoconferencias:
Antes de dar inicio a las videoconferencias hay que cerciorarse que todos los participantes de esta sean conocidos.
Mantener actualizados el software:
Finalmente, es necesario mantener tanto el sistema operativo como los programas y aplicaciones instalados actualizados con su última versión para evitar que posibles vulnerabilidades puedan afectar nuestra privacidad en la red. Así mismo, hay que revisar que el antivirus esté en el día y que sea de confianza, porque no todos tienen las mismas capacidades, menos si provienen de descargas gratuitas o si son de prueba.